Este viernes 10 de Agosto a las 20:00h en el local de
la CNT de Zamora (Avda Cardenal Cisneros Nº64b os esperamos a este debate.
TEXTO DEBATE REPRESIÓN
Que estamos viviendo una época de convulsiones
sociales nadie lo pone en duda. Una parte de la sociedad ha despertado y
comienza a organizarse. Las protestas son más multitudinarias y combativas. Los
discursos se radicalizan. Repuntan las acciones, y muchas personas se empiezan
a plantear seriamente que no hay futuro sin lucha.
En este contexto la lucha crece. Pero también la
represión. Hemos sido testigos de golpes represivos que muchos de nosotros no
habíamos conocido. No es raro que tras una protesta la policía la tomara a
golpes con los manifestantes, hubiese detenciones e incluso algunos de ellos se
pasasen días y hasta semanas en prisión preventiva. El número de personas
detenidas y con cargos pendientes se ha disparado en acontecimientos como las
movilizaciones contra los recortes o la huelga general. La democracia está
mostrando su cara más fea y no duda en emplear la fuerza, el terror y la
represión contra todo aquél que ose cuestionar el status quo.
Parece que nos espera un otoño movidito. Hay un paro
general convocado en el País Vasco, y empieza a ser un silencio a voces el que
haya un nuevo paro general en todo el Estado. Organizaciones de todo pelaje
están hablando de movilizaciones y convocatorias. Es tiempo de lucha, y todo
apunta a que el Estado tiene preparada la maquinaria represiva para no permitir
que la rabia de la gente llegue a buen puerto.
El debate que presentamos tiene el objetivo de
desgranar los últimos golpes represivos a los movimientos populares en general,
y al anarquismo en particular. Contaremos con algunos compañeros de otras
ciudades implicados en luchas que fueron altamente represaliadas, como es el
caso de la huelga general que finalizó con disturbios en Barcelona o miembros
anarquistas y anarcosindicalistas de la ciudad de Salamanca. Entre todos,
intentaremos avanzar en el análisis de la represión así como perfilar
soluciones reales para defendernos de lo que cada vez está más claro que es la
verdadera cara de la democracia.
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