Ahora le toca el turno al metal. Los trabajadores del transporte en la
provincia también se encuentran en una situación similar. Mañana serán otros
los trabajadores afectados… La ofensiva iniciada por el gobierno en el terreno
laboral, sanitario, educativo, penal, social… es aprovechada por la clase
patronal para iniciar la suya propia, para despojar a sus asalariados de los
raquíticos derechos que a duras penas conservan. Se sienten amparados por una
renovada legislación, hecha a su medida, y no están dispuestos a dejar pasar la
oportunidad brindada. La actuación de FEMEBUR ante la negociación del Convenio
del metal, es un claro ejemplo de ello. En estos últimos días, hemos sido
testigos de cómo la patronal del sector, empleando los medios de comunicación
locales, utiliza argumentos que rayan la calumnia, con el objetivo de obtener una
opinión favorable a su pretensión de mutilar numerosos aspectos que hasta ahora
se recogían en el convenio. Haciendo caso de estos argumentos, cualquier
persona sin una ligera idea de la realidad social, podría imaginarse a un
obrero metalúrgico como a un ser privilegiado con respecto al resto de
trabajadores de regiones limítrofes, que por su obstinación y apego a sus
privilegios va a ser el causante de la ruina del tejido industrial burgalés.
Por otra parte, la actitud que
están mostrando los sindicatos negociadores del convenio, no podemos
calificarla sino de derrota. Muestra de ello es la aceptación, en la mediación
llevada a cabo el pasado lunes 18 de noviembre en el Servicio Regional de
Relaciones Laborales, de las propuestas de congelación salarial durante 3 años,
del aumento de la jornada laboral anual y de un posible contrato de “acceso al
sector”, con el que los nuevos trabajadores que se incorporen a las empresas
del metal, lo harán en peores condiciones salariales que el resto. Si
finalmente no se llegó a un acuerdo en esa mediación, fue precisamente por la
prepotencia patronal, que ansiaba también la supresión del complemento de
antigüedad
En medio de todo este proceso,
nos encontramos los trabajadores metalúrgicos, espectadores obligados a los que
en ningún momento se ha pedido ni opinión ni participación, a pesar de ser los
afectados directos. Todo el peso tanto en la negociación, como en la toma de
decisiones lo han acaparado únicamente los liberados sindicales, contado a lo
sumo con los delegados de sus sindicatos.
Desde la CNT hacemos un
llamamiento a todos los trabajadores
del metal, para que entiendan la necesidad de pelear por un convenio digno;
para que asuman la responsabilidad, no solo de impedir que las pretensiones de
la patronal salgan adelante en la negociación, sino de autoimponerse como
objetivo inmediato la mejora de las condiciones de trabajo dentro del sector;
para que exijan la celebración de asambleas donde todos, y no solo unos pocos,
puedan deliberar y tomar decisiones; en
definitiva para dejar atrás una postura meramente defensiva, pasando a la
ofensiva.
TRABAJADOR DEL
METAL, ORGANIZATE Y LUCHA
SIN LIBERADOS, SIN SUBVENCIONES
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