Se
preveía el resultado de la negociación desde hacía días y
finalmente se ha llevado a efecto. Los sindicatos negociadores del
convenio, CCOO y UGT, junto con la patronal del metal de Burgos,
FEMEBUR, reunidos en las dependencias del Servicio Regional de
Relaciones Laborales (SERLA) el pasado lunes 25 de noviembre,
acuerdan empeorar las condiciones de trabajo de los miles de
trabajadores del sector de toda la provincia, para los 4 próximos
años.
Han sido varios meses de escenificación, en los que cada parte ha cumplido con su guión, incluyendo, por lo que se refiere a la patronal, descalificaciones, bravuconadas y prepotencia en el caso de los sindicatos, el anuncio de movilizaciones y hasta de huelga, actos que por supuesto, no se han llegado a materializar; e incluyendo también la cobertura que los medios de comunicación locales han ofrecido, transmitiendo la idea del trabajador metalúrgico como alguien privilegiado con respecto al resto de trabajadores del metal de otras provincias cercanas, tratando así de mentalizar a la opinión pública, y a los propios trabajadores afectados, para que acepten que lo más sensato y razonable es resignarse y agachar la cerviz.
Han sido varios meses de escenificación, en los que cada parte ha cumplido con su guión, incluyendo, por lo que se refiere a la patronal, descalificaciones, bravuconadas y prepotencia en el caso de los sindicatos, el anuncio de movilizaciones y hasta de huelga, actos que por supuesto, no se han llegado a materializar; e incluyendo también la cobertura que los medios de comunicación locales han ofrecido, transmitiendo la idea del trabajador metalúrgico como alguien privilegiado con respecto al resto de trabajadores del metal de otras provincias cercanas, tratando así de mentalizar a la opinión pública, y a los propios trabajadores afectados, para que acepten que lo más sensato y razonable es resignarse y agachar la cerviz.
El
acuerdo alcanzado, básicamente consiste en la congelación salarial
durante los tres primeros años de vigencia del convenio y el aumento
de la jornada de trabajo anual, aceptándose de este modo las
propuestas de la patronal, que se resumen en trabajar más y cobrar
menos, como fórmula exclusiva para reactivar la economía y
distribuir así la riqueza…, pero para ellos solos.
Los
sindicatos firmantes, con su proceder, han asumido el discurso
empresarial, aceptando el robo que se va a practicar contra miles de
trabajadores, camuflándolo de “responsabilidad”.
Curiosamente,
en un momento en el que el desempleo alcanza cifras exorbitantes, se
recurre al aumento de la jornada laboral, contribuyendo de este modo
a acrecentar el problema. La tradicional reivindicación obrera de
reducción de jornada y reparto de la riqueza como argumento de peso
para favorecer la justicia social, desaparece completamente de manos
de un sindicalismo amorfo, que en lugar de emplear todos sus
esfuerzos en conseguir que los recortes se dirijan contra los
responsables del problema social y económico, han pasado a
convertirse en un pilar fundamental que sostiene y afianza a esos
mismos responsables, políticos, banqueros y empresarios.
Desde
la CNT, hacemos un llamamiento a los trabajadores del metal para que
desde ya, se involucren en la lucha por mejorar las condiciones de
trabajo; para que no permitan a los liberados sindicales, quienes
hace tiempo dejaron de sentir en sus carnes el abuso empresarial,
tomar decisiones que solo al conjunto de trabajadores y trabajadoras
del metal corresponde tomar; en definitiva, a colaborar en la
consolidación de un sindicalismo transformador, sin liberados, sin
subvenciones, donde la participación y toma de decisiones colectiva
sea la herramienta para arrancar, nuevamente al capital, los derechos
que tan lamentablemente hoy nos dejamos arrebatar sin oponer
resistencia.
ORGANIZATE Y LUCHA
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